Los derechos reales son derechos que recaen sobre una cosa y otorgan a su titular la facultad de ejercer un poder directo e inmediato sobre la misma, ya sea de forma exclusiva o en concurrencia con otros sujetos. Estos derechos se encuentran regulados en el ámbito del derecho civil y se caracterizan por ser oponibles erga omnes, es decir, pueden ser ejercidos frente a cualquier persona que pretenda interferir en su ejercicio.
Algunos ejemplos de derechos reales son la propiedad, el usufructo, la servidumbre, la hipoteca, entre otros. Cada uno de estos derechos confiere a su titular un conjunto específico de facultades y obligaciones respecto a la cosa sobre la cual recaen.
Los derechos reales se diferencian de los derechos personales o de crédito, ya que estos últimos son aquellos que tienen como objeto una prestación de hacer, no hacer o dar por parte de otra persona. Además, los derechos reales tienen carácter absoluto, mientras que los derechos personales son relativos, es decir, solo pueden ser exigidos frente a determinadas personas.
Es importante destacar que los derechos reales gozan de una protección especial por parte de la ley, lo que implica que su titular puede hacer valerlos frente a terceros, incluso en caso de que la cosa sobre la cual recaen haya pasado a manos de otra persona de manera fraudulenta.
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